Publicado por ¿Has escuchado alguna vez la frase “no me da la vida”? Seguro que sí. Aunque ahora muchas nos encontramos disfrutando de las vacaciones, el ritmo de vida diario no deja de ser frenético para la mayoría de nosotras. Incluso en la etapa estival, si tenemos a los niños en casa, atenderlos y entretenerlos en estos días hasta que comience el nuevo curso, se suma a todas las actividades diarias que ya de por sí tenemos que realizar y todo esto puede llegar a estresarnos.
En 2017, un estudio avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) sobre “Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés”, revelaba que el estrés se presenta en mayor grado en los menores de 45 años, principalmente mujeres (48,7% frente al 31,5% de los hombres).
Un artículo publicado en 2020, concluyó que, durante la pandemia, la prevalencia de la ansiedad era del 33%. Y que los principales factores de riesgo para sufrir ansiedad eran entre otros ser mujer.
Si, además, a todo eso le sumamos que somos madres trabajadoras, tanto si teletrabajamos como si lo hacemos fuera de casa, ‘llegar a todo’ se convierte en una auténtica prueba física digna de los más expertos triatletas. Porque el día tiene 24 horas y muchas de nosotras tenemos comprometidas 25. Y eso supone quitárselas a nuestro tiempo de descanso, a nuestra calidad de vida. Y al final del día, semana tras semana a este ritmo, esto nos pasa factura porque no rendimos de la misma manera ni estamos del mismo humor.
La población activa de España en 2020 ascendía a 23 millones de personas según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que realiza el INE. De ellas, alrededor de 19 millones tenían empleo y más de 8,7 millones eran mujeres. Esto quiere decir que el porcentaje de participación femenina en el mercado laboral en 2020 era de casi un 46%.
Otro dato que llama la atención es que, según los datos de INE del mes de mayo de 2021, casi 600.000 mujeres no buscan empleo en España por estar al cuidado de hijos u otros familiares. Y el número de mujeres inactivas por estar dedicadas a los cuidados se ha incrementado en 130.000 en un año. Todo ello refleja que ya de por sí estar a cargo de la casa y de familiares se lleva el 90% de nuestro tiempo.
Los mayores incrementos se producen en los siguientes tramos de edad:
- Entre los 35 y los 39 años, que pasan de 71.300 a 87.800.
- De los 40 a los 44, que pasan de los 61.700 a los 84.000.
- Entre las mujeres de entre 50 y 54 que se duplican, desde los 35.700 a los 69.400.
Pero sabemos que la realidad de muchas otras mujeres no es solo estar a cargo de la casa, de los hijos u otros familiares, sino que además trabajan. Y en muchos casos son madres solteras que no cuentan con ninguna ayuda.
Trabajar o no hacerlo no debiera ser algo que dependa de nuestras circunstancias, sino una libre elección, pero en muchos casos no lo es. Contar con ayudas externas no siempre puede estar al alcance de nuestra mano. Alguien que cuide de nuestros hijos mientras trabajamos, que los lleve a sus clases extraescolares, que nos ayude con las tareas de la casa… ¿Suena bien verdad?
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