Zombies. Si hay un monstruo que ha estado de moda en los últimos años ese es el zombie. Pero no la versión original, el esclavo atado por las drogas y la magia de la tradición haitiana, sino el ser muerto, con un recuerdo de su vida pasada, con el que George A. Romero metaforizó las masas alineadas. Gran parte de la culpa hay que echársela a la serie de televisión The Walking Dead, que retrata las peripecias y sinsabores de un grupo de supervivientes en un apocalipsis zombie.
Cualquiera que haya visto un poco de este serial, es consciente de las dificultades con las que los humanos se encuentran en este nuevo entorno hostil. Falta de comida, de seguridad, de refugio… enemigos muertos y vivos. Un auténtico drama. Pero para que los que crean que existe una posibilidad remota de que esto ocurra, algunas compañías han empezado a ofrecer un seguro en caso de que los muertos se alcen.
Zaico, una compañía enfocada en los mercados anglosajones, ofrece desde 2010 una póliza justamente para esta eventualidad. Con clientes en Australia, Canadá, Reino Unido y Nueva Zelanda, esta empresa da un servicio muy completo por una prima anual de 14,95 dólares. Por este precio, los asegurados reciben un pequeño carné.
“Zaico ofrece una cobertura completa para todos los aspectos de reconstrucción y recuperación de un Apocalipsis Zombie, dándote a ti y tu familia la tranquilidad de saber que estáis perfectamente preparados para lo que viene. Desde la A de Abastecimiento de munición hasta la Z de Zombie cremados, Zaico te ayuda en los momentos de mayor necesidad”, se puede leer en su web.
Aunque es evidentemente una cachondada que se regala entre amigos aficionados al mundo zombie, estas pólizas lanzan un pregunta si decidimos tomarlas en serio. En todos los casos en los que la televisión y el cine han retratado de fin de la civilización, los servicios económicos son de las primeras cosas en caer. ¿Cómo podría cumplir Zaico sus promesas? Por suerte para ellos, el día que los muertos se levantan para comer cerebros de vivos parece todavía demasiado lejano.