Las claves sobre la crisis de suministros y cómo nos puede afectar en casa

Publicado por

No hay duda de que la globalización nos ha convertido en un mundo cada vez más interconectado. Por este motivo, cuando falla una pequeña pieza del engranaje, todo el sistema se ve afectado. La crisis de suministros está cada vez más presente en aspectos de la vida cotidiana y podría comprometer la normalidad en los hogares desde múltiples perspectivas.  

El atasco comercial provocado por la escasez de suministros no solo va a suponer que no podamos adquirir los modelos de móvil más punteros o las últimas versiones de las videoconsolas más demandadas. La falta de componentes electrónicos esenciales también encarece la fabricación de otro tipo de productos cotidianos, desde muebles y ropa hasta productos de alimentación.   

¿Cómo nos puede afectar la crisis de suministros en casa?  

Las instituciones se esfuerzan en transmitir un mensaje de tranquilidad: aunque es posible que se produzcan retrasos puntuales, el desabastecimiento es una posibilidad muy lejana.  

No obstante, la crisis de suministros que empezaba afectando sobre todo al sector de la electrónica y la automoción ya se está extendiendo también al ámbito de la alimentación. En los supermercados de EE.UU. y Reino Unido ya empiezan a escasear determinados productos y con esta escasez se produce además un incremento sustancial de los precios. Ley de la oferta y la demanda.  

Pero la crisis de suministros no es un escenario aislado. Lo más probable es que sus consecuencias se vayan extendiendo y ampliando. El alto coste de la energía, la falta de materias primas para fabricar envases y contenedores y las demoras en la distribución como consecuencia del precio de los carburantes tendrán un impacto negativo en la economía doméstica.  

Verdades y mentiras sobre la actual crisis de suministros 

  • ¿La pandemia es el origen de la crisis de suministro? Cierto. Los confinamientos han obligado a la paralización de la producción y la actividad tardará un tiempo en recuperar el ritmo que llevaba antes del inicio de la pandemia. 
  • ¿La falta de abastecimiento será un problema en los supermercados españoles? Falso. Salvo productos puntuales y retrasos en la distribución, no existe un verdadero riesgo de desabastecimiento. La alta competencia hará que unos productos sean sustituidos por otros. 
  • ¿Pagaremos más por los mismos productos? Cierto. Por ejemplo: aunque no haya problemas en la producción de leche, los fallos en otros elementos de la cadena como la fabricación de los envases o su distribución elevará el precio de muchos productos de uso/consumo diario.  
  • ¿Las grandes empresas se han quedado sin inventario? Falso. Uno de los principales problemas de esta crisis de suministros está siendo la distribución. La rotura de stock no está tan relacionada con la falta del producto en sí, sino con su estancamiento en los puertos, bien por el colapso naviero, bien por la escasez de transportistas.