En España se producen alrededor de 18.000 fuegos y explosiones en viviendas cada año. Tanto la prevención como la proactividad son dos de los modos más eficientes para evitar que estos accidentes terminen convirtiéndose en tragedia.
Los incendios son uno de los siniestros que más daños provocan en un hogar y sus consecuencias pueden ser devastadoras para la vivienda. Con todo, lo más importante en caso de que se produzca un fuego en casa, es evitar pérdidas humanas.
Pautas de actuación frente a un incendio en el hogar
Pese a que el avance de las llamas puede resultar impredecible, hay algunas pautas básicas para garantizar la seguridad en caso de incendio.
- Si el incendio se produce en un piso dentro de un edificio de viviendas, huye siempre hacia los pisos inferiores, no hacia los superiores. No utilices nunca el ascensor.
- Ya sea en un piso o en una casa independiente, no abras una puerta si está saliendo humo por la rejilla inferior. En estos casos, tapónala con una toalla húmeda y busca otra salida.
- Protégete de la inhalación de humo colocándote una toalla húmeda sobre la nariz y la boca, y abre las puertas con precaución solo tras comprobar que la superficie no está caliente.
- En caso de que no puedas salir del inmueble y estés a una altura demasiado elevada, desplázate hasta una estancia con ventana, cerrando la puerta tras de ti y colocando toallas mojadas en la rendija inferior. Hazte visible a través de la ventana o el balcón para que los bomberos puedan socorrerte.
- Avisa siempre a los servicios de emergencia (1-1-2) sin plantearte si alguien más ya lo ha hecho.
Consejos para prevenir incendios en casa
La cobertura en caso de incendio es una de las más comunes en los seguros de hogar. No obstante, actuar de forma proactiva es la mejor manera de evitar sorpresas desagradables.
Existen dos puntos especialmente sensibles en las casas, que pueden ser el origen de un fuego: el gas y la electricidad. Estos son algunos consejos para evitar que un despiste se convierta en el desencadenante de un incendio doméstico.
- No sobrecargar los enchufes y regletas conectando demasiados dispositivos a la vez o aparatos que requieren de mucha potencia.
- Dejar los aparatos eléctricos desenchufados cuando no están en uso.
- No dejar alimentos cocinándose sin supervisión, ni velas o barritas de incienso encendidas.
- Revisar la instalación de gas y la caldera de forma periódica y con un técnico certificado.
- Instalar detectores de humo/gas en la cocina.
- Almacenar los productos inflamables (detergentes, lacas, espumas de afeitar…) en un lugar apartado y seguro.